Desastres lentos, cambio climático y destrucción ambiental

La gestión del riesgo debe ir más allá de la respuesta a eventos súbitos e incluir los desastres lentos, aquellos que se desarrollan de forma progresiva, como el cambio climático, la contaminación y la degradación ambiental.

Estos procesos generan daños estructurales que afectan de manera profunda y prolongada a los territorios y a las comunidades más vulnerables. La contaminación del aire, el agua y los suelos no son fenómenos aislados, sino expresiones de una crisis ambiental y social acumulativa.

Ante esta realidad, es urgente adoptar un enfoque integral que articule la gestión ambiental con políticas de justicia territorial, restauración ecológica y equidad social, reconociendo la estrecha relación entre la salud de los ecosistemas y la resiliencia de las comunidades.